Sir Edward Codrington |
He
actualizado este artículo el 19 de junio 2012 debido al descubrimiento de nueva
documentación original en archivos del Reino Unido. Revelaré la fuente de la
documentación más adelante.
Introducción
Existe una amplia bibliografía
sobre el Asedio que marcó a Tarragona durante 56 días en 1811. Los numerosos libros
describen con detalle la cronología y el desarrollo de uno de los acontecimientos
más dramáticos que la ciudad ha vivido desde sus inicios. En los relatos se destaca
el heroísmo y el sacrificio de la guarnición, tanto como la crueldad y ambición
del enemigo. Algunos de sus protagonistas probablemente nos sean familiares;
Senen de Contreras, Campo Verde, Sarsfield, Juan González y Castro, Juan Caro, son
ejemplos de quienes defendían la ciudad, y por otro lado, nombres como, Suchet, Salme, Arizpe, Rogniat, y Palombini, los
asediadores.…
Pero en esta bibliografía, que a
primera vista parece exhaustiva, existen todavía muchas lagunas. Echamos en
falta a personas involucradas también en el conflicto, tales como; Edward
Codrington o Carlos Guillermo Doyle, y otros nombres no menos importantes como:
Blake, Invincible, Centaur, Cambrian,
Sparrowhawk, Termagant, estos últimos barcos de guerra cuyos cuadernos de
bitácora aguardan en silencio en archivos británicos.
Cuaderno de Bitácora del Blake |
Hasta el momento, encontramos que
el papel de la escuadra inglesa y de su gente no ha sido tratado como se
debiera. En el mejor de los casos la presencia de las
naves de guerra ha merecido un trato superficial, una mera mención, y en el
peor, la ignorancia de los hechos ha dado lugar a la repetición de absurdos mitos
oscuros y versiones erróneas de los sucesos.
Es el
momento de sacar a la luz información oculta durante 200 años, y hacer especial
mención de un singular episodio que resultó ser decisivo para los
acontecimientos. Existió un Plan de socorro ideado por
el general Charles William Doyle y secundado por Codrington, gracias al cual el destino de la plaza hubiera podido ser diferente.
el general Charles William Doyle y secundado por Codrington, gracias al cual el destino de la plaza hubiera podido ser diferente.
Fuentes
El
testimonio que dejó el capitán de la escuadra inglesa en forma de
correspondencia oficial a sus superiores, tanto como las cartas en forma de diario
a su esposa, cuentan como una valerosa fuente de material donde anotaba a
diario los acontecimientos mientras sucedían. Su claridad y franqueza nos revelan
muchos detalles sobre el Asedio y sobre los personajes que participaron en él.
La documentación que ha servido
de base para la realización de este artículo, proviene principalmente de The Nacional
Archives de Londres y The British Library.
La primera fuente contiene los cuadernos de Bitácora originales de la escuadra
inglesa, y la segunda guarda una rara copia de Memoir of Sir Edward Codrington, una recopilación de su
correspondencia. También se ha consultado prensa inglesa de la época, el Cobbett’s Political Register y otras
publicaciones como la edición norteamericana by Sir W F P Napier
(N. Y. Redfield
1856). (Ver bibliografía completa al final).
Pero antes
de detallar el Plan de socorro de los ingleses, es necesario exponer algún
retazo del contexto bajo el cual fue llevado a cabo.
***
Las primeras semanas
El 10
de mayo 1811 empezaron a llegar al puerto de Tarragona barcos de guerra
ingleses y transportes llenos de tropas españolas que habían embarcado en Mataró
y Arenys de mar. El ejército español volvía a su base de operaciones después de
luchar en una batalla en los alrededores de Figueres. No tenían otro opción que
regresar por vía marítima, pues la ruta por tierra les había sido cerrada días
antes cuando el ejército francés, bajo el mando del general Suchet, había
completado la circunvalación de la ciudad.
Para
poder burlar esta maniobra enemiga, los defensores contaban con la ayuda
oportuna de la escuadra inglesa. La alianza con los británicos, sin lugar a
dudas, proporcionó algo de gran valor estratégico al ejército español en aquel
momento crítico, la movilidad por mar.
Una vez
en aguas de Tarragona y con las tropas ya desembarcadas en el muelle, los
aliados británicos no se quedaron de brazos cruzados como meros espectadores de
la tragedia, sino que tomaron parte activa en la defensa de la plaza. Los
hechos sucederían así:
Entre
mayo y junio 1811 varios barcos de guerra, entre ellos; Blake(74), Invincible(74),
Centaur(74), Cambrian(40), Sparrowhawk(18),
Termagant(18), Merope(10) (nº=cañones), iban y venían de Tarragona. La escuadra mantuvo
siempre presentes al menos dos grandes barcos de guerra y varias fragatas
durante todo el asedio. Frecuentemente abrían fuego con andanadas contra los
franceses en el flanco derecho del río Francolí. Las naves cubrieron con su
fuego a las tropas españolas de la guarnición cuando éstas atacaban los
soldados del general Suchet en la llanura entre el río y la playa. Estos
ataques los denominaron
“salidas”.
En el puerto, los británicos
descubrieron una docena de cañoneras1
aparentemente abandonadas u olvidadas por los defensores, así que las tripularon
y las emplearon durante los dos largos meses del asedio, acercándolas a la
playa para bombardear y hostigar a los franceses que recibían a la vez una
nutrida lluvia de proyectiles de los soldados españoles parapetados en las
fortificaciones del fuerte Francolí y el fuerte Orleans. El ruido en el área
del puerto era incesante. Los capitanes de las naves pasaron muchos días e
incluso noches en el muelle dirigiendo el fuego de las lanchas contra el
enemigo común.
Combates fuera de la
ciudad el 14 de mayo
El
martes 14 de mayo tuvo lugar una salida de la guarnición. Su objetivo era
atacar un reducto que los ingenieros franceses estaban construyendo en la playa
con el fin de montar cañones pesados para abrir fuego contra los barcos y
alejarlos de su anclaje ventajoso.
Ese día,
las naves Blake y Cambrian junto con 13 cañoneras bombardearon
al enemigo enérgicamente, aportando un devastador fuego de cobertura a los
soldados que salían de la cuidad para atacar a los asediadores, a la vez que
desembarcaban soldados para luchar junto a la guarnición española.
El cuaderno
de bitácora del Cambrian, el día 14
anotaba:
Cuaderno del Bitácora del Cambrian |
“Envié todos los barcos, tripulado y armado
hacia la playa junto con los marines. Mantuve un constante fuego con nuestras andanadas
(Broadsides) durante 4 horas sobre el enemigo para cubrir a las tropas
españolas”.2
En el
Diario de a bordo del Blake se hace
similar mención el mismo día 14 sobre el desembarco de marines y el fuego de
andanadas de toda la escuadra:
“4.00 Observé fuego pesado de morteros, grandes cañones y
fusilería, comenzar contra las tropas enemigas desde el Olivo.
4.40 El fuego disminuyó y a las 5, solo fuego de
mosquetones.
5.30. El fuego de los grandes cañones comenzó otra vez y continuaba sin cesar toda la mañana. Envié lancha para recoger agua. Volvió sin.
5.30. El fuego de los grandes cañones comenzó otra vez y continuaba sin cesar toda la mañana. Envié lancha para recoger agua. Volvió sin.
10.00 Preparé los marines.
10.30 Empecé a disparar contra enemigo.
10.30 Empecé a disparar contra enemigo.
11.05. Tropas españolas marchando para atacar a los
franceses. General Doyle a bordo dando tales órdenes que él juzga pueden
asistir mejor a las tropas españolas.
12.05 Marines desembarcados. Señalé con telégrafo: “No
disparéis antes que nosotros”. Tropas españolas llegadas a las líneas
francesas. Gran número del enemigo viniendo contra ellos. Luchan contra los
españoles desde sus trincheras.
1.15. Señalé: “Fuego con cautela, franceses retirando”.3
(Nota):
La documentación original inglesa consultada recientemente calcula en 800 las
bajas francesas en la primera semana, 500 durante las salidas en la playa y 300
delante del Olivo.
La actividad de los ingleses en la playa atrajo la atención
del general enemigo, Suchet. El futuro mariscal francés escribió sobre “quelques débarquements” en sus memorias:
“Cependant, le
14, quelques
débarquements fu
rent tentés sous
la protection d'une vive canon-
nade, pendant
que deux mille hommes sortis de
la place,
soutenus par cent cinquante chevaux et
deux pieces de
campagne, se portaient sur nos
travaux du
Francoli et du rivage de la mer. Le
capitaine du
génie Maillard se renferma avec les
travailleurs
dans la redoute encore imparfaite, et
repoussa tous les efforts tentés contre lui.” 4
Desgraciadamente, esta salida de la tropa no dio el fruto deseado. Las fuerzas empleadas,
1500 soldados de infantería, 150 de caballería y dos Howitzers, no fueron
suficientes en número y no lograron acercarse al reducto.
El historiador tarraconense D. José M Recasens fue crítico con esta
acción en su libro Tarragona en la Guerra de la Independencia. Escribía lo
siguiente:
“No lo consiguieron porque ni aun lo probaron…
…¿se practicaría acaso un reconocimiento para que el ataque fuese más
glorioso cuando estuviesen mejor atrincherados?” 5
A continuación, los franceses
armaron el reducto con dos cañones del calibre 24, los cañones mas pesados de su arsenal y una
verdadera amenaza para los barcos anclados e inmóviles delante de la playa. Incluso
a baja velocidad, los proyectiles de aquellas piezas de artillería, que pesaban
alrededor de 11 kilos, podían atravesar los cascos de madera de las naves. La
escuadra inglesa y otros buques tenían que salir de su alcance o resultarían
hundidos en cuestión de horas.
Estrategia francesa
Los soldados de Suchet, una vez tuvieran
rodeada la cuidad, despejarían la amenaza en sus flancos antes de acercarse con
trincheras al punto más débil de las murallas, el ángulo muerto próximo a la
boca del río Francolí.
Pero la artillería ubicada en el
Olivo, junto con la que provenía de las naves, barría a los franceses con su
cruce de fuegos, dificultándoles su avance hacia las murallas. Por ello, el
objetivo de los asediadores fue capturar el fortín del Olivo a la vez que
alejar a la escuadra inglesa de su anclaje. Una vez logrados ambos objetivos,
aplicarían un plan sistemático de asedio con trincheras y emplazamientos de
cañones ideado y perfeccionado por el ingeniero militar francés Vauban en el s.
XVII.
El Plan de socorro de Doyle y Codrington
Codrington, que admiraba el valor
de los soldados en Tarragona, fue muy crítico
con los oficiales, especialmente con el comandante en jefe el Marqués de
Campoverde, quien creía que no estaba a la altura de los acontecimientos.
Dos meses antes del asedio, el
día 12 de marzo, anotaba en su diario lo siguiente:
“Las cosas no van del todo bien aquí, y me temo que mi opinión de
Campo Verde se mostrará correcta…sin embargo…este lugar estará fuertemente
fortificado dentro de poco…” 6
La suma de sus dudas sobre
Campo Verde junto con el alarmante progreso de los franceses hizo que Codrington, y Doyle vieran la necesidad de ir en
busca de refuerzos.
El plan de buscar más tropas para
Tarragona nació por iniciativa propia del general Charles William
Doyle.
El Marqués de Campo Verde no tuvo nada
que ver con este Plan de socorro, aunque
enviaría a Juan Caro, su Aide de
Camp, en una misión similar dos semanas más tarde. (Nota)
Información de la documentación nueva de Doyle: Campo Verde tenía conocimiento
de la misión de buscar refuerzos pero las nuevas pruebas apuntan a que su
estado mental no le permitía cumplir adecuadamente con sus funciones. Enviaba
varios oficiales, uno tras el otro, con la misma misión. Doyle escribía un
informe a Henry Wellesly (embajador británico) en el cual explicaba el
comportamiento irracional de Campo Verde en relación a este asunto.
En realidad, Codrington y Doyle
eran mejor indicados que el Marqués para esta misión debido a su amistad con el
general Enrique O’Donnell, cuyo hermano Carlos O’Donnell, dirigía por aquel
entonces el ejército en Valencia. Doyle había sido condecorado por el general Enrique O’Donnell con una medalla de oro en 1810 por el asalto a Bagur y
Palamos.
Enrique O’Donnell, capitán
general en Cataluña antes que Campo Verde, no soportaba al Marqués por haber lanzado intrigas contra él, es más, si no
fuera por sus heridas, el energético general hubiese vuelto a Tarragona para echar
a Campo Verde del mando.
Codrington recordaba una
conversación con Enrique O’Donnell en Mallorca dos meses antes del asedio. Escribía
en su diario lo siguiente:
“Yo dije; “Espero enterarme pronto que ambas balas han salido”. “Si
salen”, dijo él, “las devolveré a los franceses con intereses”…
“Le dije que yo estaba seguro que él no había perdido nada de su
popularidad (en Tarragona). Él dijo que sabía muy bien quienes eran los autores
del abuso que había sido lanzado contra él, y que si su pierna estuviera lo
suficientemente curada para poder andar, iría solo a Tarragona a echar a
Campoverde y su junta de sus situaciones en una hora. Y él mantendría su
palabra, creo yo”…7
El día 16 de mayo, la nave Blake salió del muelle de Tarragona con
rumbo a Valencia. Al zarpar, el capitán inglés no tenía garantías de conseguir
su propósito, aún así, andaba confiado;
Codrington, 19 mayo: (carta en
forma de diario a su esposa)
“O’Donnell, esto es, Enrique O’Donnell, mi amigo, es
esperado en Valencia con su hermano…y si es así, haremos bien ...Creo
que el general C. O’Donnell consentirá el plan de Doyle de enviar cantidades de
sus tropas a Cataluña”8
General Carlos O'Donnell |
En un informe escrito el 15 de
junio de 1811 a su superior el almirante Cotton, Codrington exponía sus
esfuerzos en la tarea que tenía entre manos:
“…Mi última carta a usted con fecha del 15 de mayo le habrá informado
sobre mi intención de proceder a Valencia y Alicante con el General Doyle, y
ahora le he de revelar a usted el resultado exitoso de nuestra visita a estos
sitios. – marchando de Tarragona el día 16, alcanzamos Peñíscola la tarde del día
17, donde al encontrar el H.M.S. Invincible con cuatro transportes vacíos en
camino a Cartagena, ordené al capitán Adam a guardarse allí hasta recibir más
noticias mías. Entonces, el general Doyle escribió al general O’Donnell una versión
de la situación en Tarragona y sobre mi orden de hacer esperar al capitán Adam
en Peníscola preparado para recibir cualquier refuerzo que él tendría el placer
de enviar… Al llegar a Murviedra (Sagunto) nos encontramos con que O’Donnell ya había ordenado la embarcación de 2300
infantes y 211 artilleros, etc.,… los cuales fueron desembarcados en Tarragona
el día 22. – 9
Un pasajero interesante
Cabe mencionar la presencia,
entre las fuerzas que embarcaron en Murviedra de un hombre que destacó en el
asedio de Tarragona. Se trata del oficial Andrés Eguaguirre, que en ese momento
estaba al mando del tercer batallón de Cazadores de Valencia y que, a pesar de
tener una orden real que le excusaba de acudir al asedio, decidió acudir con
sus hombres.
“Inmediatamente que recibí la orden, no obstante de que había sufrido
el primero y segundo sitio de la inmortal Zaragoza, y de que según real orden
tenía derecho para excusarme, deseando el mejor servicio de la patria, y
estimular con mi ejemplo a varios oficiales…que se hallaban en igual caso que
yo, no dudé en determinarme y con el mayor entusiasmo nos hicimos todos a la
vela en el navío Invencible inglés.
El pueblo de Tarragona al ver llegar a estos dos hermosos y
disciplinados cuerpos, decididos a participar de sus glorias en los peligros que
ya comenzaban, se llenó de placer…”10
Entrega de material de guerra en
Valencia
A cambio de esta ayuda,
Codrington entregó al general Carlos O’Donnell armas, pertrechos y uniformes
suficientes para equipar 2000 nuevos reclutas para poder así sustituir a los soldados
regulares que marchaban hacia Tarragona. También en Valencia Codrington entregó
aun más suministros destinados a las tropas de Villa Campa y a los líderes de
la guerrilla; Espoz y Mina y el Empecinado, con el fin de animar la actividad bélica en
la retaguardia de Suchet.11
De Valencia las naves se
desplazaron a Alicante para buscar suministros para Tarragona. Codrington
escribió las siguientes líneas;
…”Conseguimos tantos materiales necesarios para Tarragona como cabían
en el barco, además de unos 80 artilleros y una cantidad considerable de pólvora,
balas, plomo, etc…, enviado en la Paloma (Corveta Española de Cartagena) en compañía
de un transporte de suministros de Cádiz”.12
Esperanza
Durante el viaje de regreso a
Tarragona, el Blake ancló de nuevo en
Murviedro donde el general Carlos O’Donnell acudió, esta vez, con su hermano el
general Enrique O’Donnell, amigo de Codrington.
Codrington escribía lo siguiente:
“…el conde de Bisbal vino de Valencia para quedar con nosotros en una
conferencia con su hermano, aunque debido a sus heridas no estaba con
suficiente salud para tal viaje. El resultado de esta conferencia fue una
determinación por parte del General O’Donnell de confiar a mi protección, para
el socorro de Tarragona, otra división de unos 4000 hombres de sus mejores
tropas bajo el Mayor general Miranda, , mientras él mismo iría con el resto de
su ejército hasta las orillas del Ebro, donde…podría amenazar los diferentes depósitos de provisiones de Suchet” 13.
Andrés Eguaguirre, quien embarcó con el primer grupo de
refuerzos, escribía en su libro Sucesos Verdaderos del sitio y plaza de
Tarragona, publicado en 1813, sobre los motivos para el cual el general
Carlos O’Donnell decidió enviar el 60% de su ejército a Tarragona;
“Este acreditado
general conocía que de la feliz suerte de la plaza de Tarragona
pendía la de la
provincia que mandaba, y aun la de toda la costa del Mediterráneo; por lo mismo
hacía esfuerzos extraordinarios con grave riesgo de la provincia para coadyuvar
a la defensa del Principado”.14
*
El resultado de esta conferencia fue una
determinación por parte del General O’Donnell de confiar a mi protección, para
el socorro de Tarragona, otra división de sus mejores tropas…
*
Los esfuerzos de los ingleses después
de tres semanas de navegación por las costas de Valencia y Alicante, tenía el
potencial de aportar a la cuidad asediada una cantidad importante de refuerzos
y suministros:
2300 soldados de los Cazadores de Valencia y
el primer Batallón del primer regimiento de línea de Saboya
211
artilleros de Valencia
80
artilleros de Alicante
4000 soldados
de la división de Valencia bajo el mando del general Miranda.
Un total
de 6300 soldados y 291 artilleros.
A éstos
se puede sumar 1100 británicos enviados desde Cádiz con el Coronel Skerrett,
aunque demasiado tarde para ser útiles. También venía un regimiento desde
Cartagena, aunque todavía no se encuentra documentación que muestre quien los
hizo venir.
Desilusión
A bordo del Blake
rumbo a Tarragona, los ingleses imaginaban como en breve, el plan de una gran salida
de la guarnición hacia las trincheras enemigas, podría convertirse en una
realidad. Pero por desgracia, la pérdida de Tarragona estaba decretada. Contra este plan de socorro se conjuraban varios elementos, los cuales, no todos,
fueron promovidos por el enemigo.
Durante
la noche del 28 de mayo, los franceses habían tomado por asalto el estratégico
fortín del Olivo. Con la toma de este fortín exterior, los soldados de Napoleón
ya podrían empezar en serio sus obras de asedio contra la parte baja de la
cuidad. Además, Campoverde hizo servir la pérdida del Olivo para justificar un
cambio de estrategia, y se marchó de la cuidad con la promesa de venir a
socorrer a Tarragona desde fuera. Promesa que luego no cumpliría a pesar de
tener casi un mes entero para organizarse.
El
Marqués de Campoverde se marchó de la ciudad hacia el norte llevando consigo
casi el mismo número de soldados que se encontraban de camino como refuerzos
desde el sur. Al mismo tiempo, se producía un éxodo de la gente adinerada. Será
éste el primero de numerosos golpes a la moral de los soldados que se encuentran
en la ciudad luchando.
Pero la
guarnición de Tarragona, aunque debilitada en número a consecuencia de la
estrategia de Campoverde, todavía se sacrificaba a diario en combate para mantener
alejados a los franceses de la parte baja de la cuidad.
Aun más
cuando llegó el brigadier Sarsfield.
(Cambiado
el 19 de junio 2012) Nuevos documentos originales de Doyle apuntan que el plan
de socorro se adaptaba según las circunstancias. En concreto, cuando el
Brigadier Sarsfield estaba fuera de la ciudad en mayo, los británicos
pretendían que los refuerzos se unieran a él para llevar a cabo un plan de
ataque a la retaguardia francesa, pero cuando más tarde, en junio, le
encontraron al mando de la defensa del puerto, quisieron también dejarle el
segundo grupo de refuerzos, de 4000 valencianos. Ellos dudaban de las
habilidades de Campoverde, en cambio, confiaban plenamente en las de Sarsfield.
Doyle pidió directamente a Carlos O’Donnell el préstamo de miles de soldados.
La interferencia de Campo Verde
Antes
de confiar sus tropas a la responsabilidad del capitán inglés, el general Carlos
O’Donnell, le hizo jurar la promesa
solemne delante de testigos, (general
Miranda, general Doyle, capitán Adam de la nave Invincible y capitán White de
la nave Centaur) de solo desembarcar la División de Valencia en la ciudad de
Tarragona para llevar a cabo una “salida” con la guarnición, para después
comprometerse a devolver a los “que quedaban” 15 para
proteger a Valencia. O’Donnell añadió que dimitiría de su posición si
Codrington no los devolviera.
La noche del día 12 hasta la
mañana del 13 de junio, los soldados de Valencia fueron desembarcados en la
cuidad, después de un retraso causado por el general
Miranda, quien estaba al mando. Esté había expresado su deseo de esperar las
instrucciones de Campo Verde a pesar de que sus ordenes escritos decían
claramente “desembarcar en la ciudad”.
17
El día
siguiente (13 junio), Codrington anotó:
“…Decidimos
desembarcar las tropas anoche…Este suceso ha animado a la Plaza
considerablemente, y ahora no tengo objeción al plan.”
“... estoy seguro que
la heroica gente de Tarragona dará crédito a mi determinación en su servicio.
La causa de España, digan lo que digan nuestros oradores en casa, es la causa
de Inglaterra…La escena aquí es terrorífica para el ojo y el oído no
acostumbrado…” 20
Pero, Codrington se enteró de las intenciones de Campo Verde
de desviar los refuerzos hacia Vilafranca. El 12 de junio, escribía a su esposa
lo siguiente:
“Estoy ahora preocupado y
desilusionado por el fracaso
anticipado del Plan de socorro para Tarragona, lo cual me temo que
probablemente no será ejecutado de la manera que esperaba...”19
A continuación escribía:
“…la profunda responsabilidad que he asumido…, pesa muy fuerte sobre mi
conciencia.”
Pero contra
todo pronóstico, los valencianos pasaron muy poco tiempo en la ciudad. El mismo
día 13 fueron reembarcados de nuevo a consecuencia de una carta enviada por el
Marqués de Campoverde pidiendo que se reunieran con él “para atacar el flanco del enemigo”. Acabaron desembarcando en
Villanueva para después unirse con el Marqués en Vilafranca.
El día
13 resultó ser el momento crítico pues fue cuando el Plan de socorro resultó
definitivamente vetado, convirtiéndose Campoverde en la única esperanza para la
ciudad.
Una
semana después de la caída de Tarragona, y con 1600 de los 4000 valencianos
desertados del ejército, Codrington escribía una breve y fria nota a Campoverde:
Blake, 5
de julio:
“Tengo que recordarte que por ordenar la
retirada de la división de Valencia fuera de Tarragona, en violación del
acuerdo que juré al traerlos, tú mismo rompiste el compromiso dado por mí y disolviste el contrato”.21
Dudas sobre la promesa de
Campo Verde
Senen
de Contreras, el militar nombrado por Campo Verde para sustituirle al mando de Tarragona,
a pesar de solo llevar pocos días en la plaza, tenía dudas sobre la promesa del
Marqués de socorrer a la cuidad mucho antes de la caída de la misma. Lo explicó
en su publicación, Noticia del Sitio y Toma de Tarragona (1813) de la siguiente
forma:
“día 31, el General, el estado mayor del ejército,
y los principales habitantes
salieron de la ciudad; y al dejarla, el General
prometió que dentro de seis a ocho días a
más tardar, vendría con el ejército a
libertar la plaza; y de acuerdo conmigo, hacer
levantar el sitio; promesa lisonjera para
todos, menos para mí, que preveía bien que no se realizaría”.
El día
9 de junio, Codrington también comentó acerca de la marcha de Campo Verde.
Escribió lo siguiente:
“Campo Verde y el grupo que le rodea han
marchado todos a Vilanueva con el fin, según ellos, para agrupar un ejército
fuera… pero tal es la infame negligencia y mala organización de la horda que
acompaña Campoverde, que la ciudad no puede aguantar mucho sin ayuda allí donde
manda él…”22
El
Marqués de Campo Verde no cumplió con su promesa de socorrer a Tarragona. El día
28 de junio, la ciudad que había resistido heroicamente durante 56 días,
finalmente caía en manos del enemigo.
*
…tal es la infame negligencia y mala organización de la horda que
acompaña Campoverde…
*
Codrington
estaba indignado después de ver a Tarragona “caer
en sacrificio de la imbecilidad y quizás traición”.23
El día
20 de julio 1811, escribió a Mr.Wellesley (Hermano del Duque de Wellington):
“Estaré más que dispuesto a presentarme
personalmente para asistir a la justicia que merecen los numerosos y valientes
hombres que caían como sacrificio a la criminalidad y la extrema negligencia de
las personas aludidas.”24
Conclusión
Lo que pretende descubrir este
artículo es que existió en 1811 una alternativa al plan seguido por el Marqués
de Campoverde. Era un plan estratégico basado en la idea de una defensa
agresiva desde dentro de la plaza empleando numerosos refuerzos. Los miles de
soldados que trajeron los ingleses, junto con
la guarnición, hubiesen sumado unos 18 mil soldados, si Campoverde no hubiese
marchado.
Los defensores de Tarragona
pudieron haber montado varias salidas de la plaza, incluso pudieron haber hecho
dos salidas simultáneas el mismo día.
En
cambio, el plan de Campoverde de atacar a los franceses en campo abierto, un
plan que él mismo cambió con frecuencia durante los 28 días que estaba fuera,
no podría tener éxito debido a la superioridad táctica de los soldados franceses
y la falta de eficacia del mismo Marqués, algo que Campo Verde sabía más que
nadie por su propia experiencia (Figueres). Lo que es más, el Marqués lejos de
ser un general agresivo, necesario dado las circunstancias, era un hombre “Indolente e ignorante”25 según Codrington. Su plan estaba destinado al fracaso, de hecho ni llegó a
probarlo.
Así
pues, y en conclusión a los hechos expuestos a lo largo de este artículo, creo
oportuno abordar y corregir la idea simplista mantenida hasta la actualidad, que
otorga de una manera cómoda una parte de la responsabilidad de la caída de
Tarragona a los mil doscientos soldados ingleses del coronel Skerrett, (2/47th,
Lancashire), incluidos también en el Plan de socorro,
y que llegaron dos días antes de la caída de la misma. Sin entrar en
detalles sobre este puntual episodio, y si tenemos en cuenta la visión global de los hechos, es evidente
que dicha hipótesis carece de sentido.
Notas
1 Memoir of the life of Sir Edward Codrington. Volume 1.
Longman, Green and Co 1873. p223
2 Cuaderno de bitácora, H.M.S.
Cambrian, Nacional Archives, Kew, London
3 Cuaderno de bitácora, H.M.S.
Blake, Nacional Archives, Kew, London
4 Mémoires Du Marechal Suchet Vol
II Paris 1834. Deuxième édition.1834. p.41
5 Tarragona en la Guerra de la
Independencia - D José M Recasens. Imprenta del DIARIO 1863. p50.
6 Memoir of Sir Edward Codrington.
p203
7 Memoir of Sir Edward Codrington.
p204
8 Memoir
of Sir Edward Codrington p211
9 Cobbetts political register June to
December1811 VOL 20, p238
10 Sucesos
verdaderos del sitio y plaza de Tarragona por Don Andrés Eguaguirre, Valencia
1813, p4
11 Memoir of Sir Edward
Codrington p211.
12 Cobbetts political register
June to December1811 VOL 20 p239
13 Cobbett’s p239
14 Sucesos verdaderos del sitio y plaza de Tarragona. Andrés Eguaguirre – 1813, p 5.
18 Cuaderno de Bitácora del Blake. 1811 National Archive.
Londres. Para el día 12 de junio)
19 Memoir of Sir
Edward Codrington p219)
20 Memoir of Sir
Edward Codrington. p219)
22 Memoir of Sir Edward Codrington. p218)
23 Memoir of Sir Edward Codrington, p225).
25 Memoir of Sir Edward Codrington, p212.
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